Hay momentos en la vida, en la que una sola decisión, en un solo instante, cambia irremediablemente el curso de las cosas.
Cuando decides disparar a alguien, cuando decides quererlo o no quererlo, cuando decides tirar para adelante, cuando decides mentir, traicionar, ocultar o cruzar la línea, esa décima de segundo podra hacer girar todo al lado oscuro o inundarlo de luz. Podrá hacer de tí un héroe y un criminal, podrá llevarte al cielo o al infierno pero siempre será un lugar desde el cual no podrás volver atrás.